Dos velas para el diablo || Laura Gallego García
Datos
Generales:
Título: Dos velas para el diablo
Idioma
Original: Español
Autor: Laura
Gallego García
Género: Juvenil,
Paranormal, Contemporáneo.
Sinopsis: Hoy
día, ya nadie cree en los ángeles. Sin embargo, hay gente que si cree en los
demonios. Pero los ángeles existen y han existido siempre. ¿Qué cómo lo sé?
Porque mi padre era uno de ellos.
El problema es que, cuando los ángeles te dan la espalda,
¿en quién puedes confiar?
Porque mi padre era uno de ellos.
El problema es que, cuando los ángeles te dan la espalda,
¿en quién puedes confiar?
Book Trailer
Reseña personal y Crítica:
Breve
reseña del libro: [Contiene spoiler]
Cat
es una adolescente de 16 años que vagaba por el mundo con su padre; un ángel
que fue asesinado aparentemente por un grupo de demonios, ya que, en la tierra
aún se lleva a cabo la longeva guerra entre “el bien y el mal”. Llena de
odio por lo ocurrido, Cat, toma la espada angélica que yacía olvidada junto al
cuerpo de su padre y se decide en obtener venganza.
Mientras
buscaba a los culpables de su sufrimiento se topa con un demonio llamado
Angeló, el cual tras un extraño acontecimiento decide ayudarla ambos descubren
que un grupo de poderosos demonios quiere darle caza por lo que Ángelo la
abandona; no obstante, es localizado por otro demonio que está dispuesto a
proteger a la humana y le pide llevarla ante él, a lo que Ángelo accede. Cat,
insegura de los cambios de opinión repentinos del demonio, va con el primer
ángel que le ofrece ayuda. Craso error, no todo lo que brilla es oro y no todo
lo hermoso es un ángel, Cat ha sido engañada por un joven demonio que con un
aspecto angelical no le ha costado llevarla fuera de las instalaciones
demoniacas que la protegían y asesinarla.
He
allí el final de la vida de la joven, y Ángelo tendría que responder por ello,
en todo caso entregar a Cat viva era su misión. Por asuntos de
“propiedad” Ángelo elimino al joven demonio culpable de la muerte de Cat y sin
duda tendrá que seguir ahondando hasta llegar al líder y arriesgarlo todo para
pagar su deuda.
Nuestros
protagonistas descubren que están conectados, y si no logran cumplir los
últimos anhelos de Cat ella no podrá dejar esté mundo y por ende estará
unida Ángelo por toda la eternidad.
Tras
muchos otros sucesos, Ángelo y Cat descubren que hay tras la muerte de la
muchacha, ella es la nueva representación de los humanos; Nebiros un poderoso
demonio desea la extinción de la humanidad y no está solo es ayudado por un
poderoso ángel que ha perdió la fe en la humanidad.
Critica:
Ya
han pasado un par de días desde que termine este libro, y debo decir que aún me
encuentro recogiendo los fragmentos de mi corazón. Nunca había leído una
entrega de Laura Gallego García pero he quedado con gusto a poco, al llegar al
final he pensado “No, esto es una broma, ¿De verdad me vas a dejar así?“
Rebuscando
y buscando supe que sí, me quedaría así, con las ganas de una continuación
porque la propia autora ha confirmado que es un libro único. Quise llorar.
El
final es completamente abierto a mi parecer, posee unos toques de “ya debes
imaginar tu qué pasa” mostrando a ese bebe recién nacido con ojos color oro.
Por ultimo me habría conformado con saber que paso con los personajes en un
epilogo un poco más extenso.
En
fin, generalidades, la historia me ha parecido que no avanzaba de a ratos ya
que siento que en algunos capítulos se extendía mucho con trivialidades y que
los escenas con cosas importantes duraban solo un instante, pero, aquellos
momentos de trivialidad se hacían más llevaderos con la actitud y forma de ser
de los personajes, sin duda Cat y Ángelo son una pareja realmente chistosa, aun
me encuentro tratando a un par de personas de: “humanos ignorantes”.
Pero
mi frase favorita y que rescato para poder darle más vueltas de forma profunda
es: «El problema es que, cuando los ángeles te dan la espalda, ¿en quién
puedes confiar?». Creo que muchas veces hemos estado en momentos de crisis y
sentimos que todas las personas en las que confiamos y hemos querido nos han
dado la espalda o no consideran lo que nos sucede como algo grave. En ese caso,
amigos, si los ángeles les fallan, busquen sus demonios.
Ahora
si hablamos de personajes, los clasificaría como “buenos”, a pesar de que no
todos los personajes eran creación de la autora los que sí lo eran resultaban
interesantes y los que estaban inspirados de otros sitios encajaban bien
con lo que se espera de ellos (ángeles, demonios, etc.)
Ahora
comentare que mis favoritos han sido:
De
los protagonistas: Ángelo, nop, no por fangirl, ni por que el chico sea guapo.
La razón es tan sencilla como que es un demonio y se llama Ángelo. ¡Brillante!;
Otro de mis personajes favoritos pero ya más secundario ha sido Gabriel, en su
corta aparición me ha encantado, no tengo argumentos para ello, simplemente me
gusto su actitud y la relación que tiene con Astaroth, y finalmente lucifer,
si, lo sé, sé que estás pensando, pero esos cachos de cabra enrollados y su
humor pudieron conmigo.
Por
otro lado una de las escenas que más destaco fue cuando Ángelo envió lejos a
Cat para que se callara un ratito, me cae bien la chica y todo lo demás, pero a
veces era desesperante, cuando por fin le dijo que se callara sentí
alivio por todo mi ser. No obstante también comprendo a la chica y esos
momentos en donde Cat expresaba más abiertamente lo que le sucedía sin
esconderlo tras su personalidad eran realmente emotivos. Quería darle un
abrazo. Todo era tan bonito pero el final… el final Dios mío. Es lo único
que diré, compren pañuelos.
Resumen
La
frase con la que me quedo: «El
problema es que, cuando los ángeles te dan la espalda, ¿en quién puedes
confiar?».
Personajes
destacados: Ángelo, Gabriel, Lucifer
Trama: Lenta de a ratos pero buena
Escenas
favoritas:
v ¡Silencio Cat!:
… « ¡Oh, vamos!», protesto. « ¿Nos enseñas un
futuro apocalíptico, nos dices después que hay otra posibilidad y pretendes
cobrarnos esa información? ¡Hay que ser usurero! ¡Y manipulador!».
—Todo eso soy, jovencita, y mucho más —sonríe Orias—. ¿Y bien?
—Todo eso soy, jovencita, y mucho más —sonríe Orias—. ¿Y bien?
—No tengo nada más que ofrecerte —gruñe
Ángelo—. Nada que te pueda interesar, a no ser que aceptes una espada angélica.
« ¡La espada de mi padre no, pedazo de
animal!», le chillo, y Ángelo se sujeta la cabeza con la manos y se vuelve
hacia mí; sus ojos lanzan llamas y un rictus de furia que deforma sus facciones
y lo hace parecer aterrador, casi monstruoso.
— ¡BASTA YA DE GRITOS! —aúlla con una voz
profunda, sobrenatural, que hace que todo mi ectoplasma se estremezca de pavor,
justo antes de sentir que algo me golpea con fuerza, como un viento huracanado,
y me lanza por encima de las cabezas de la gente, atravesando el techo y
después el resto del edificio...
Cuando quiero darme cuenta, estoy al aire
libre, bajo la noche sin estrellas de Shanghai. ¿Qué... qué ha pasado? Me
cuesta un poco entender que Ángelo, finalmente, se ha hartado de mí y me ha
«echado» de la conversación. Estoy aturdida y muerta de miedo aún. Nunca lo
había visto tan enfadado, tan temible, tan... demonio. Acostumbrada a tratar
con un joven engreído y algo pasota, había olvidado cuál era su verdadero
rostro, el de una criatura antigua y temible que pertenece a la especie más
peligrosa que existe. Ahora mismo, lo único que quiero es alejarme de él y no
volver a verlo nunca más, y eso hace que de pronto me asalte una duda
importante: ¿y si ha roto nuestro vínculo? ¿Y si me he convertido en un fantasma
perdido? Tras un instante de pánico, descubro que el hilo invisible sigue ahí;
estirado al máximo, eso sí, pero intacto.
Sin embargo, dudo un momento antes de
animarme a regresar junto a los demonios. Aún tengo miedo, aún resuena su
terrorífica voz en mi mente, y no quiero volver a acercarme a él.
Pero tengo que hacerlo. Tengo que enterarme
de lo que está pasando y asegurarme de que Ángelo no se deshace de la espada de
mi padre.
Cuento hasta tres, hago de tripas corazón y
me zambullo de nuevo en el edificio del Peace Hotel. Regreso al bar y descubro,
aliviada, que los demonios siguen allí, y que la espada continúa en su vaina,
ajustada a la espalda de Ángelo.
Recuerdo entonces que Orias dijo que no le
interesaban las espadas angélicas. ¿Estarán tratando de llegar a algún tipo de
acuerdo? Me acerco, procurando no llamar la atención, pero Angelo percibe mi
presencia y me lanza una mirada amenazadora. Me detengo, inquieta, pero no
vuelve a expulsarme de su lado.
Parece que me acepta de nuevo en la reunión, si
me porto bien. En fin, qué le vamos a hacer. Seré buena. Permanezco en silencio
junto a él, pendiente de lo que hablan…
v Lo que sientes al estar
muerta:
… Lisabetta se ríe de mí en mi cara.
— ¡Estás celosa! —me suelta con todo el descaro del mundo—. ¡Esto sí que es divertido!
— ¡Estás celosa! —me suelta con todo el descaro del mundo—. ¡Esto sí que es divertido!
Siento que la ira crece en mi interior. No es
esa rabia incontrolable que me sacudía a veces, cuando estaba viva, y que tenía
mucho que ver con un estado hormonal adolescente que ya no me afecta lo más
mínimo. Es... otra cosa. Es un sentimiento que viene de dentro, del corazón, de
todo el dolor que me he estado guardando, que he intentado ignorar, pero que no
ha desaparecido en ningún momento.
« ¡No estoy celosa, y no tiene nada de
divertido!», estallo, y proyecto este pensamiento con todas mis fuerzas,
provocando que los dos demonios se lleven las manos a la cabeza con un gesto de
irritación. « ¿Qué tiene de gracioso estar muerta, eh? ¿Crees que me dan
ganas de reírme cuando veo a otras personas paseándose por la calle, disfrutando
del sol, del aire, del contacto humano? ¿Te parece que puedes venir aquí a
restregarme que estás viva, y que lo estarás probablemente durante toda la
eternidad, que puedes divertirte, que puedes echar una cana al aire delante del
pobre fantasma que desde su muerte no ha podido disfrutar ni de un mísero
abrazo de consuelo? ¡Pues no te lo consiento! No tienes derecho... ¡ningún
derecho a burlarte de mí! ¡Y en cuanto a ti...!», añado volviéndome hacia
Ángelo. Me topo con la mirada de sus ojos grises, veteados de rojo brillante, y
ya no siento rabia. Solo un cansancio pesado y profundo, un cansancio que no
tiene nada que ver con lo físico: es como si mi alma, de pronto, estuviese
hecha de plomo. «Haz lo que te dé la gana», concluyo con frialdad. «Seguro que
puedo irme lo bastante lejos como para no tener que aguantar que me restriegues
por las narices lo vivo que estás.
Aunque para eso no necesitas a otra persona.
Ya lo haces constantemente, todos los días».
Me callo, humillada. Qué patético ha sonado
eso. Todo este tiempo me he
esforzado por no lloriquear, por no
autocompadecerme, por no mostrar debilidad delante de este maldito demonio que
me ha tocado por enlace... y, ahora que he caído tan bajo, no solo lo he hecho
ante él, sino delante de la frívola diablesa que se lo va a llevar a la cama.
Pues muy bien, que les aproveche. He
intentado sobrellevar mi pequeña tragedia con toda la dignidad de la que he
sido capaz, pero así no se puede. De verdad que no.
«Adiós», murmuro, y dejo que mi esencia
levite cada vez más alto, dejándolos
Atrás. Y floto por encima de los tejados de
Florencia sin volverme a mirarlos ni una sola vez. Me alejo todo lo que puedo,
sabiendo que llegará un momento en que tenga que detenerme, porque mí vínculo
con Ángelo me impide apartarme demasiado de él, para desgracia mía. Pero
mientras pueda... todo lo que pueda...
No tardo en sentir en mi esencia ese tirón
que me es tan familiar. Como sospechaba, no he podido ir muy lejos. Como un
vulgar chucho atado a su amo por una correa, no tengo más remedio que
detenerme, porque ya no puedo seguir avanzando. Una sensación angustiosa oprime
mi espíritu, como si mi misma esencia fuera a desgarrarse si se me ocurre
alejarme más.
Alicaída, desciendo hasta flotar por encima
del aluvión de turistas que recorre el Ponte Vecchio. Me retiro hasta sentarme
en el pretil del puente, con mis fantasmagóricos pies colgando sobre el agua.
Nadie detecta mi presencia. Una turista americana está haciendo fotos del
paisaje a través de mí, como si yo no existiera. No creo que la tecnología
digital sea capaz de detectar un ectoplasma como el mío, pero sería interesante
ver si en esas fotos aparece algo, una neblina, una luz... algo, lo que sea,
que delate mi presencia.
Para qué engañarnos. Le van a salir
estupendas, seguro. Ni ella ni su cámara son capaces de verme. Solo los ángeles
y los demonios, y todos ellos pasan de mí. Después de todo, estoy muerta.
Cierro los ojos y dejo, por fin, que el dolor
que me ha estado persiguiendo desde la tarde de mi muerte me alcance y se apodere
de mí.
No es tan fácil aceptar tu propia muerte. Intentas fingir que no te importa, bromeas con ello incluso, pero cuando te detienes un solo momento a pensar, la añoranza te atraviesa como mil puñales de fuego. Y ves a las personas reír, hablar, tocarse... disfrutar de cosas que a ti te están ya vedadas.
No es tan fácil aceptar tu propia muerte. Intentas fingir que no te importa, bromeas con ello incluso, pero cuando te detienes un solo momento a pensar, la añoranza te atraviesa como mil puñales de fuego. Y ves a las personas reír, hablar, tocarse... disfrutar de cosas que a ti te están ya vedadas.
Desde que aparecí flotando en el apartamento
de Ángelo y fui consciente de lo que me había pasado, me muero por un abrazo.
Sueño con que me abracen, sí, y sueño con poder llorar amargas lágrimas, por
mí, por mi padre, por todo lo que he perdido.
Pero no soy más que un estúpido fantasma, y
todo eso se acabó para mí.
No voy a rebajarme a pedirle a un demonio que
me consuele, que sea un poco amable conmigo, que trate de aliviar mi tristeza.
No lo he hecho en ningún momento, y no tenía la menor intención de hacerlo
ahora. Pero duele, oh, duele tanto... Me siento horriblemente sola. Y a la
única persona con la que podría compartir todo esto no le importa lo más
mínimo.
¿Por qué tras mi muerte no me vincularía a un
ángel? ¿Alguien un poquito más compasivo? ¿Alguien un pelín más empático? Pero
no hay más. Al otro lado del lazo solo hay un demonio, y eso es lo más terrible
de todo. Me gustaría poder cortar ese lazo y flotar libre, pero eso solo
significaría perderme para siempre, como aquellos pobres fantasmas que flotan
eternamente, abandonados en los retazos de sus propios recuerdos, olvidados en
un dolor y una añoranza inimaginables. Y no quiero ese destino para mí. Sin
embargo, mientras no encuentre una manera de marcharme por el túnel de luz, mi
única esperanza es seguir vinculada a un enlace vivo. Pero ¿por qué, de entre
todos los enlaces posibles, me ha ido a tocar un demonio?
Me siento como un náufrago rescatado por un
tiburón. Sabes que, mientras sigas prendido a su aleta, no te ahogarás, pero en
cualquier momento puede darse la vuelta y darte una dentellada... y temes y
odias al tiburón, porque dependes de él, porque no puedes abandonarlo, pero lo
siento, amigo, no había amables delfines cerca para salvarte. Esto es todo lo
que hay. Muerte y dolor.
Y hablando del tiburón...
—¿Estás bien? —me pregunta Ángelo.
No me molesto en mirarlo. Se acoda sobre el
pretil de piedra y dirige una larga mirada al paisaje que se extiende más allá.
« ¿A ti qué más te da?», murmuro.
—No sabía que fuera tan duro. Lo de estar
muerta, quiero decir.
«Ya, claro».
Que no me venga ahora de amiguito, que lo veo
venir. Cuando el tiburón sonríe, enseña todos los dientes.
—Bueno, espero que comprendas que yo no tengo
la culpa de que te hayas vinculado a mí. Estoy tratando de ayudarte, pero no
puedes pedirme que esté pendiente a todas horas de tus sentimientos y tus
necesidades.
¿Qué os decía? «Déjalo ya, ¿quieres? No eres más que un
demonio, eso ya lo sé. Es verdad: es demasiado pedir que sepas cómo tratar a la
gente».
Me mira. De mala gana, me vuelvo hacia él y
sostengo su mirada.
« ¿Por qué no estás con Lisabetta?», le
pregunto con una mezcla de curiosidad y rencor. «Yo ya me he quitado de en
medio».
—Me temo que tu dramática intervención nos ha
cortado el rollo.
«Cuánto lo siento», murmuro, sarcástica.
—La buena noticia es que no vamos a tener que
esperar. Parece haber cambiado de opinión al verte; nos va a llevar a ver
a Madonna Constanza esta misma tarde. He venido para decírtelo.
«Ya me extrañaba a mí que vinieses solamente
a ver cómo estoy».
Suspira, exasperado. —Oye, te estoy ayudando,
¿vale? Hemos venido hasta aquí para averiguar más cosas sobre la muerte de tu
padre, un asunto que a mí no me afecta lo más mínimo. —Estoy haciendo todo esto
por ti… —
«... para librarte de mí», corrijo.
— ¿Y qué diferencia hay? ¿No es eso lo que
quieres tú también, marcharte por el túnel de luz?
«Sí que hay una diferencia, pero eres
demasiado egoísta y mezquino como para poder verla. No es lo mismo el motivo
que el objetivo; puede que nuestros objetivos sean los mismos, pero tus motivos
no son generosos, y eso es lo que me duele. Aunque sé que no puedo esperar otra
cosa de un demonio».
—Cierto —asiente Ángelo—. La generosidad, la
bondad, la compasión y todas esas cosas cayeron del lado de los ángeles el día
de la creación. Qué le vamos a hacer.
Sonrío a mi pesar. «Quizá vosotros fuisteis
ángeles alguna vez, y lo hayáis olvidado».
—No —me contradice—. Porque, si fuera así, de
la unión de dos demonios nacerían ángeles. La esencia demoníaca está grabada en
lo más profundo de nuestro ser, es el legado que transmitimos a nuestros hijos.
«También el pecado original se transmite a
los hijos, según cierta religión».
—Ah, sí, esa es otra de las cosas que se han
inventado los ángeles para justificar su teoría de que nosotros fuimos como
ellos una vez. Nadie tiene por qué cargar con las culpas de pecados cometidos
por unos antepasados a los que jamás llegó a conocer.
« ¿Por qué querrían ellos creer que vosotros
sois ángeles caídos?».
—Porque no nos entienden, Cat. No pueden
creer que seamos destructores por naturaleza, que siempre hayamos sido así. Son
demasiado compasivos. Están convencidos de que en el pasado debimos de cometer
algún terrible error, al igual que los humanos. Les parece demasiado horrible
que seamos así por naturaleza. Les parece inconcebible que Dios, si es que
existe, pudiera haber creado algo tan malvado como nosotros. Pero si Dios no
nos ha creado, si no ha creado a Lucifer, ¿de dónde salió? Comprendes su
dilema, ¿no? Si formamos parte de la creación de Dios, entonces él no es pura
bondad, y si no somos responsabilidad suya, entonces no es omnipotente. De modo
que la teoría angélica de la Caída de Lucifer es solo un intento más por
acercarse a nosotros, por comprendernos. No se les puede negar que se
esfuerzan, desde luego —añade con un suspiro.
Por fin le hago la pregunta que me está
quemando en la garganta.
« ¿Y sois de verdad... tan malos?».
Me mira largamente. —Sí —responde—. Lo
siento.
No se disculpa por él, sino por mí. No puede
avergonzarse de ser como es, porque el caos y la destrucción están en su propia
esencia. Pero lo siente por mí. Entiendo, de pronto, que es consciente de que
no es el mejor enlace que podría haberme tocado.
Sabe que me hará daño, que no va a poder
evitarlo, y lo lamenta.
«Puede que no toda la bondad cayera del lado
de los ángeles. Por lo menos eres capaz de compadecerte de mí, aunque sea solo
un poquito».
Se encoge de hombros.
—Cuando uno convive tanto con los humanos,
acaba por cogerles cierto cariño. Y he de admitir que, a pesar de todo, tú me
caes mejor que la mayoría de los humanos que he conocido. Te siento más
cercana, más real.
«Será porque estoy al tanto de muchas más
cosas acerca de vosotros que el resto de los humanos», comento.
—Eso será. Cierro los ojos. Parece que mi
tiburón ha decidido esconder los dientes hoy. Pero no te engañes, Cat. Aunque
pueda parecer en ocasiones amistoso como un delfín, no lo es.
No lo es… >>
Valorizaciones
Desarrollo
de la Trama: 5/10
Personajes: 6/10
»Libro clasificado como: ¡BUENO!«
¡Eso
es todo, me despido!
«Te
pedí que no te marcharas sin despedirte, Cat». Mi corazón T.T
||
Raven ||
Reseña personal y Crítica:
Breve reseña del libro: [Contiene spoiler]
Bueno, comencemos con el principio de
la reseña... Catarina, una chica de
dieciséis años que vaga por el mundo con su padre, un día, mientras está en el
baño haciendo pis, se encuentra con que su padre ha muerto, y que lo único que
le ha dejado atrás ha sido su espada angelical... sí, su espada. Sí, angelical,
el padre de Cat (llamada así a lo largo de todo el libro) es un ángel, quien
fue asesinado por lo único que puede llegar a matar a un ser celestial de tal
índole, una espada demoníaca, opuesta al arma que lleva el benévolo ser alado.
Dicho esto, tenemos nuestro contexto: las fuerzas del bien contra el mal,
ángeles contra demonios (es de Laura Gallego, no Dan Brown), ¿y adivinen qué?
Claro, por supuesto, una guerra divina tan antigua que ni los mismos
beligerantes recuerdan hace cuánto tiempo luchan entre sí, interesante,
¿verdad?
Una
vil humana comienza entonces una cruzada en busca de quien quiera haya
eliminado a su padre, conocedora de todo lo sobrenatural que gira en torno a la
muerte de su padre, ayudada por un demonio (sí, has leído bien) más bueno que
los ángeles, que irónicamente hace llamarse Angelo, quien también le pasea por
el mundo de una forma tan cansina como su padre antes de morir, mezclándose
entre demonios, como el chismoso más grande del infierno, el pelirrojo de mal
carácter, pero también muy bonachón, llamado Nergal, que también resulta ser un
amor dejando con vida a la chica y absteniéndose a duras penas a reclamar su
alma... pero, ¿saben qué resulta gracioso? Qué antes de acudir al ángel...
digo, Angelo, ella acudió a un ser de luz, un bibliotecario, un ángel llamado
Jeiazel que se negó a ayudarle (parece que los ángeles son los verdaderos
demonios), después de acudir con el sacerdote “Jeypi”, “Jotapé” (o JP para los
amigos, Juan Pedro, para la Comunidad), quien no le dio más que una tarjeta de
crédito y un teléfono celular (a una adolescente... ¿qué pensabas, amigo?).
La
chica termina siendo protegida más por demonios que ángeles, y no por cualquier
demonio de baja casta como Angelo, sino que su Jefe, y se sorprenderán de saber
el nombre cuando lleguen a tal punto de la lectura. En desesperación y
desconfianza, termina cambiando de opinión, huyendo de las instalaciones junto
con un ángel caído del cielo, Johann, de parte del mismísimo Arcángel Gabriel,
para rescatar a la chica... ahora: hay algo que siempre me ha gustado decir, y
es que si un ángel cae del cielo, por algo será... y como dije, los ángeles
aquí parecen ser los verdaderos demonios, negándose a ayudar a una mestiza,
pero bueno, Johann resulta ser un demonio que asesina fácilmente a Cat, por lo
increíblemente crédula que es.
Y
he allí el final... ¿qué esperabas? ¿qué el libro acabara aquí? No, por
supuesto que continúan las “Desventuras de Angebobo y Catonta”, y de allí en
más es cuando el libro se pone realmente interesante, ¿sabes? Sigue leyendo,
desde la página uno de “Dos velas para el diablo”.
Critica:
La
verdad es que no soy demasiado bueno en cuanto a criticar, porque me voy de una
rama hacia otra demasiado rápido, y de una forma demasiada confusa. Me gustaría
poder organizarme mejor para esto, pero no conozco técnica alguna que me sirva
de ayuda, o que incluso quisiera seguir ahora mismo, pero dejando de lado tal
hecho, comencemos con la crítica.
La
verdad es que el libro toca temas que para mí en lo personal son muy
interesantes, muy buenos, con muchos recursos de donde pueden sacarse y adaptar
cientos de miles de historias para crear tramas y argumentos muy buenos. Laura
ha dado justo en el clavo con su libro, tocando uno de mis tópicos preferidos,
estos seres sobrenaturales tan poderosos, majestuosos, representativos e
influyentes en el arte como lo son los ángeles y los demonios. Pero más allá de
un contexto muy general, creo que debería hablar de la historia en sí, ¿verdad?
Dicen
que el trayecto realizado es mucho más importante que el final, a lo que
queremos llegar, y es que no se puede hacer nada más que eso en un libro, y es que
el trayecto ha sido de lo más interesante, aunque algo lento, y algo demasiado
predecible para mi gusto, he adivinado fácilmente varios de los personajes que
aparecerían, varias de las cosas que sucederían... me ha sorprendido en algunos
casos, del mismo trayecto, mostrando las verdaderas identidades de algunos
individuos muy importantes que culminan siendo aún más importantes; esa
sorpresa que al final genera el olvido, traído por la longevidad de cada uno de
los personajes... es un libro muy entretenido, la verdad. La historia en sí...
no es mi tipo de historias, pero no puedo decir que no la disfruté hasta el
último momento, donde a pesar de ser algo abierto, creo que es más que obvio lo
que sucede.
El
final fue flojo, sorprendentes fueron los puntos previos al final de los ojos
dorados, “el conflicto más grande”, las revelaciones más grandes... las
tragedias más grandes. No me apena decir que este libro casi me ha hecho llorar
en una situación en particular dentro de las últimas páginas, pero no quiere
decir que no me he partido de reír con las situaciones y las ocurrencias que
Laura ha tenido, y jugando intencionadamente con la ironía, quiero pensar,
cosas que quizás únicamente a mí me den risa pero bueno, quizás alguien
comparta mi sentido del humor.
Terminando
un poco de criticar la historia en sí, como ya dije, con un buen trayecto, a
veces estancado, pero muy entretenido, y con un final flojo, es un libro
recomendable; me ha encantado realmente ver a personajes tan importantes en la
demonología como la angelología relacionarse entre sí, aunque me ha disgustado
bastante las rarísimas “leyes de compensación” aplicadas a los ángeles y los
demonios, ya se enterarán de que es casi enseguida, y que las pongan de una
forma muy separada a lo largo del libro, y me causa gracia, pero no por eso no
me causa fascinación, algo que me ha hecho apreciar este libro, es el uso de
los demonios como héroes, aunque me contradiga queriendo que los malos sean los
malos y no los buenos... es algo que me ha gustado mucho, y quizás deje a más
de uno pensando quiénes realmente son los malos.
Quisiera
destacar personajes, mis favoritos en el libro. No argumentaré sobre ello,
quiero que lean el libro, ya he hecho demasiado spoiler y creo que, más allá de
mencionar el final hay partes que simplemente sería un pecado mencionarlas. No
se les ha profundizado mucho de todas formas: tenemos (o tengo, más bien) a
Nergal, el chismoso más grande del Infierno, que cada vez que pienso en él
recuerdo a Carrot Top. Tenemos también a Orias, el pitoniso del Infierno, a
Raguel aunque solo haya sido mencionado. A Gabriel, oh... pobre Gabriel, y creo
que tendría un puesto compartido con Madonna Constanza, descubrirán por qué las
tengo no por últimas, ni por primeras, pero sí en un puesto muy especial.
Podríamos seguir con Metatrón, el escriba de los Cielos, y les diré que Lucifer
ocupa un alto puesto por su imponente presencia en el lugar y por ser un
Demonio como Dios manda (¿sólo a mí me ha dado risa esto?), el Príncipe de las
Tinieblas ES (con mayúsculas) el Príncipe de las Tinieblas, pero, el primer
lugar lo ocupa Uriel.
Aunque
dudo de no poner a en primer Jotapé... si Laura algún día llegase a leer
esto... o llegase a hablar con ella... me gustaría que me respondiera una
pregunta... sencilla: ¿qué pasó con el sacerdote?
Es
el primer libro que leo de la autora, y vuelvo a repetir que ha sido muy en lo
personal un lindo libro, difícil para mí de criticar. Se ha ganado un lugar
seguro en mi biblioteca. Y es que me ha encantado. Sinceramente. Deja en varias
ocasiones unas interesantes reflexiones, al menos, para mí. Las ideas en el
libro son lo que más se destaca, y a pesar de tener una historia linda pero
floja... tiene eso especial, lo que nos deja a pensar el recurso tan utilizado
y siempre presente en la literatura como es la lucha del bien contra el mal, y
presencia humana en ella, con los grupos extremistas como lo son los ángeles y
los demonios, con sus propios revolucionarios.
«Toda la Tierra ha sido pervertida por
la ciencia por obra de Azazel; achácale todo pecado»
Una frase poco significativa, pero que
por ser supuestamente del Libro de Enoc, la coloco como favorita.
Finalmente
(“¡sí!”, dirán ustedes), quiero destacar que el capítulo final (XIV) es donde
la conversación mantenida entre ángeles y demonios es simplemente maravillosa.
Mi parte favorita de todo el libro, mi escena favorita, donde toda la verdad se
da a luz.
Mis
respetos a la autora, un buen libro.
Resumen
La frase con la que me quedo: «Toda la Tierra ha sido
pervertida por la ciencia por obra de Azazel; achácale todo pecado»
Personajes destacados: Nergal,
Orias, Gabriel, Raguel, Gabriel, Madonna Constanza, Metatron, Uriel, Jotapé.
Trama: Iinteresante, aunque algo
lento, y predecible para mi gusto.
Escenas favoritas: No
se incluyen las escenas al contener el final de la historia.
Valorizaciones
Desarrollo de la Trama: 6/10
Personajes: 9/10
»Libro clasificado como: BUENO«
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